lunes, 3 de marzo de 2008

La pizarra de Carrio


Se trata de una lápida encontrada en el año 1926 por unos agricultores en el pueblo de Carrio, en el concejo de Villayón.

Villayón es quizá el más desconocido de los concejos vecinos; saliendo desde Navelgas llegaremos en unos cuarenta minutos. Es muy recomendable la visita a las cascadas de Oneta; también cuenta con una importante colonia de buitres.

La pizarra de Carrio contiene un conjuro o invocación mágica redactada para proteger los terrenos y plantaciones de un agricultor contra una de las calamidades de la atmósfera más temidas y habituales, el pedrisco. Se caracteriza por una especie de sincretismo religioso y se atribuye al siglo IX. Una traducción aproximada es la siguiente:



(Pentalfa) En la piedra desde la que decidí comprar los derechos necesarios sobre la casa y terrenos del siervo de Dios. Os conjuro a vosotros, todos los patriarcas: Miguel, Gabriel, Cecitiel, Uriel, Rafael, Ananiel, Marmoniel, que contenéis las nubes en vuestras manos. Sea. Libra la villa de nombre Ciuscau, donde habita el siervo de Dios, Oriol con sus hermanos y vecinos y todas las posesiones de ésta.

Sean arrojados de la villa y de las casas. A través de los montes vaya y vuelva, donde ni el gallo canta ni la gallina cacarea, donde ni el arador está ni el sembrador siembra, donde ningún nombre resuena.

Te conjuro Paloraso, por el Señor de nuestros hermanos, que te confinó en la ciudad de Cirbes, donde no perjudiques ni a los árboles ni a los segadores ni a los viñedos ni a los frutos ni a los árboles ni a cualquier cosa que se te ponga por delante.

Allí está el cetro de mi Señorísimo con arte furinea (?) a la hora en la celda (?), por el nombre del Señor vecino, en el día de San Cristóbal, ¿la oración? de San Cristóbal.

Cuando se acerca a los suyos (?), oró San Cristóbal diciendo: «Señor, Dios mío, dáme confianza de hablar». Dijo el Señor: «Tal como lo has pedido, así [será], y no te afligiré». Dios, o el lugar o la región o la ciudad donde sobre las restantes la gracia , Dios, todos los habitantes en la región, el trabajo de su cultivo con abundancia.

Llegó al lugar, flexionó las rodillas y le fue amputada la cabeza y se consuma el martirio en el domingo, en la hora séptima; y cambiarás el granizo en lluvia en la otra parte, en el monte del cementerio y nos asistas en el día de hoy, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu, en el nombre del Padre y del Hijo, del Espíritu santo.

Amén, amén, por siempre amén, aleluya (Pentalfa) (Dos pentalfas).


El símbolo siguiente representa una pentalfa:


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