Esta obra saltó hace unos años a la actualidad por haber sido el regalo de compromiso de cierta novia asturiana; su autor es Mariano José de Larra y se trata de una novela histórica con unos protagonistas que nos resultan familiares:
La cámara principal del señor de Cangas y Tineo, inmediata a su gabinete alquimístico (cuya entrada no era a todos permitida), presentaba un aspecto imponente, tanto por el lujo y afectación con que se hallaba alhajada como por las diversas personas que en ella se veían reunidas, esperando a que se dignase recibir su acostumbrado homenaje el ilustre pariente de Enrique III. Gentileshombres, caballeros y escuderos de su casa, oficiales de su servicio, donceles y pajes, conversaban en diversos grupos, pendientes del menor ruido que pudiera anunciarles la deseada presencia de su señor. Notábase sólo la falta de dos personas, y no se oían más que preguntas misteriosas sobre su extraña ausencia.
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